Luigi Ferrajoli. Agresión judicial a la democracia brasileña (traducción electrónica).
El 4 de abril fue un día oscuro para la democracia brasileña. Con un voto de mayoría simple, el Supremo Tribunal Federal decidió arrestar a Inacio Lula durante un juicio por violación de las garantías del juicio. Pero no son solo los derechos del ciudadano Lula quienes han sido violados.
El juicio conjunto y numerosas lesiones a los principios de un juicio justo que Lula fue víctima, junto con el juicio político absolutamente infundada constitucionalmente que depuso al presidente Dilma Rousseff, no puede explicarse sino por el extremo política para poner fin al proceso de reforma que se llevó a cabo en Brasil durante los años de sus presidencias. Y eso sacó a 50 millones de brasileños de la pobreza. Todo el orden constitucional fue atacado por la jurisdicción suprema de Brasil, que tenía la tarea de defender.
El sentido no judicial pero político de toda esta historia se revela por la total falta de imparcialidad de los magistrados que promovieron y celebraron el juicio contra Lula. Ciertamente, esta parcialidad se vio favorecido por un juicio inquisitorial brasileña tramo única e increíble penal: la falta de distinción y separación entre juez y fiscal, y por lo tanto la figura del juez inquisidor que instruye el proceso, las cuestiones mandatos y luego pronuncia la condena de primera poder: si Lula su condena el 12 de julio, 2017 juez Sergio Moro a 9 años y 6 meses de prisión e inhabilitación para cargo público durante 19 años, el atractivo agravó la condena a 12 años y un mes. Pero este sistema absurdo, institucionalmente inquisitorial, no fue suficiente para contener el celo y la arbitrariedad de los jueces.
El primer aspecto es la campaña de prensa orquestada desde el comienzo del juicio contra Lula y alimentada por el protagonismo del tribunal de primera instancia, que ha difundido actos cubiertos por la confidencialidad de las investigaciones y ha dado entrevistas en las que se pronunció, antes del juicio, contra su acusado, buscando una legitimidad indebida: no sujeción a la ley, sino consentimiento popular.
La anticipación de la sentencia también ha contaminado la apelación. El 6 de agosto del año pasado, en una entrevista con el periódico Estado de Sao Paulo , el Presidente del Tribunal Superior Regional de la 4 región (TRF-4) ante el cual se había impugnado la sentencia de primera instancia, antes de la sentencia, que esta frase era "técnicamente irreprochable".
Avances de juicio similares, de acuerdo con los códigos procesales de todos los países civilizados, son razones obvias e indiscutibles de abstención o recusación, ya que señalan hostilidad y prejuicio incompatibles con la jurisdicción. Aquí nos enfrentamos a lo que Cesare Beccaria, en Dei delitti y las penas, llama "juicio ofensivo", donde "el juez", en lugar de "indiferente buscador de la verdad", "se convierte en enemigo del delincuente", y "no busca la verdad" del hecho, pero busca el crimen en el prisionero, y lo amenaza y piensa que perderá si no puede ".
El segundo aspecto de la parcialidad de los jueces y, juntos, el tramo típicamente inquisitorio de este proceso consiste en la petición de principio, en virtud del cual la acusación para tratar, que debe ser la conclusión de un argumento inductivo con el apoyo de pruebas y no negado por controprove, en cambio, forma la premisa de un procedimiento deductivo que asume como verdadero solo la evidencia que lo confirma y como falso aquellos que lo contradicen.
De ahí el curso tautológico del razonamiento probatorio, en el cual la tesis acusatoria funciona como un criterio para la orientación de las investigaciones, el filtrado selectivo de la credibilidad de la evidencia y la clave interpretada de todo el tema del procedimiento. Los diarios brasileños han informado, por ejemplo, que el exministro Antonio Pallocci, en estado preventivo, había intentado una "confesión premiada" en mayo para obtener su liberación, pero su solicitud había sido rechazada porque no había formulado ninguna acusación contra Lula y Rousseff, pero solo contra el sistema bancario.
Bueno, este mismo acusado, el 6 de septiembre, ante los fiscales, proporcionó la versión bienvenida por la fiscalía para obtener la libertad. Ignora por completo que era contrario al testimonio de Emilio Olbrecht, que el 12 de junio había declarado al juez Moro que nunca donó cualquier propiedad Lula Instituto, como la hipótesis en la acusación de corrupción.
El tercer aspecto de la falta de imparcialidad está constituida por el hecho de que los jueces han acelerado los tiempos de proceso con el fin de llegar lo antes posible a la última frase y así, de acuerdo con la ley "Ficha limpia», prevenir Lula, que sigue siendo la figura más popular de Brasil, para presentarse a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre. Esta es también una fuerte interferencia de jurisdicción en el ámbito de la política, que socava la credibilidad de la jurisdicción.
Y 'enlace finalmente innegable entre los ataques a los dos arquitectos presidentes de la extraordinaria progreso social y económico de Brasil - el despido de fundamento legal de Dilma Rousseff y la campaña judicial contra Lula - y eso hace que su convergencia en una sola operación restauración antidemocrática. Es una operación a la que el ejército ha dado en estos días un apoyo amenazante y que está rompiendo el país, como una herida que es difícil de sanar.
La indignación popular se ha expresado y continuará expresándose en manifestaciones masivas. Todavía habrá un pasaje judicial final ante el Tribunal Superior de Justicia, antes de la ejecución del encarcelamiento. Pero es difícil en este punto ser optimista.
https://ilmanifesto.it/unaggressione-giudiziaria-alla-democrazia-brasiliana/
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